Indicadores de Género en la sociedad actual (marzo de 2021):
La parte positiva es que las brechas tradicionales de frecuencia de uso y habilidades digitales se ha reducido en España de manera significativa en el último año, especialmente entre la población más joven, donde las mujeres suman mejores puntuaciones porcentuales que los hombres de su misma edad.
Teletrabajo.
El teletrabajo, tradicionalmente minoritario en España, (4,8% de trabajadores lo hacían a distancia habitualmente en 2019, según la LFS de Eurostat) se ha adoptado de manera acelerada a partir de 2020, a causa de
la pandemia, colocando a España en porcentajes de teletrabajadores similares a la media de sus vecinos
europeos en tan sólo un año.
En 2019 el 91% de los ocupados españoles nunca teletrabajaba frente al 85,7%%
de los europeos de la UE27 en el mismo periodo.
En 2020 el porcentaje de ocupados españoles que nunca
teletrabaja ha bajado al 84%.
La adopción rápida del teletrabajo en el último año, tiene el potencial de beneficiar a los trabajadores, dando mayor flexibilidad para conciliar y organizar los tiempos de trabajo en el
nuevo entorno digital, pero su uso inadecuado, sesgado por roles tradicionales de género, puede precarizar y
reducir la calidad de las condiciones laborales de las mujeres.
De hecho, en España en 2019 la proporción de hombres que realizaban teletrabajo era un punto porcentual
superior al de las mujeres. Sin embargo, en 2020, a lo largo de la pandemia, el teletrabajo ha invertido esa tendencia a lo largo de los trimestres muestreados, incrementándose el porcentaje de mujeres que teletrabajan.
En los dos últimos trimestres de 2020, el teletrabajo frecuente ha mantenido porcentajes de más de dos puntos porcentuales por encima de sus compañeros varones en términos globales.
Si analizamos por franjas de
edad, son las mujeres de 35 a 45 años las más proclives al teletrabajo en este periodo de crisis.
Constatamos con ello que el teletrabajo podría estar acumulando durante la pandemia estereotipos de género, asignando en mayor medida a las mujeres la conciliación de la cargas laborales y familiares a través del
trabajo en remoto durante el confinamiento y periodos siguientes de restricciones de la “nueva normalidad”.
Brecha que conviene corregir lo antes posible, para que el teletrabajo contribuya a la mejora laboral de ambos sexos.
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